La vegetación de sa Dragonera la conforman comunidades mediterráneas
termófilas, principalmente garrigas. Algunos arbustos característicos
de esta vegetación son las grandes lechetreznas -lletreres-, el
labiérnago -aladern de fulla estreta- y el olivillo -olivella-.Tiempo
hace que el pinar ocupaba una gran extensión, pero en los años
30 fue cortado por los propietarios de la isla. El hecho de que hoy no
se corten pinos ha propiciado que esta formación esté ahora
en proceso de expansión.
-Los peñascos. Son hábitats extremadamente importantes respecto
a la originalidad y la riqueza florística de las Islas Baleares.
Muchos endemismos son exclusivos de los rellanos y las fisuras de los
peñascos, las roquedas, los riscales, los deslizaderos y las rocallas.
las plantas que viven en estos ambientes reciben el nombre de plantas
rupícolas. Buena parte de las especies que encontramos aquí
han hecho de estos lugares refugios donde éstas no sufren la presión
de los herbívoros; si no hubiera ovejas y, sobre todo, cabras,
veríamos que, con el paso del tiempo, algunas se convertirían
en plantas relativamente frecuentes en tierra.
Algunos ejemplos de flores vistosas son la col borda, la manzanilla bastarda
-maçanella - y la violeta de penyal, que no es una violácea,
como su nombre popular parece indicar, sino que pertenece a la familia
de las judías y otras legumbres. Se pueden ver también individuos
de palmito -garballó -, colgados en estas paredes. La planta debió
extenderse antiguamente por buena parte de la isla, pero la presión
que sufrió durante los años en que se la buscaba para el
uso artesano hace que ahora sea exclusiva de los acantilados.En las rocas
también puede distinguir unas grandes manchas de color blanco y
calabaza. No son más que líquenes (organismos vegetales
formados por la simbiosis de un alga y un hongo) que sobreviven en estas
rocas, sin necesidad de tierra, gracias a la energía lumínica
del sol y el agua de lluvia o del rocío que aporta sustancias minerales
disueltas. Otras comunidades bien representadas: La zona rocosa más
litoral está colonizada por plantas adaptadas a los vientos cargados
de sal que provienen del mar. Las siemprevivas, el hinojo marino y los
coixinets de monja (Astragalus balearicus) son abundantes en la franja
próxima a la zona de influencia de las salpicaduras de las olas.
También pueden observarse plantas de estrategia más ruderal
(adaptadas a perturbaciones ambientales elevadas) en los alrededores de
las construcciones humanas, caminos y campos de cultivo de secano.
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